Un amortiguador de coche es el componente del sistema de suspensión encargado de controlar y disipar la energía cinética generada por las irregularidades del terreno. Su misión es limitar el rebote del muelle, mantener las ruedas en contacto con el asfalto y garantizar confort, estabilidad y seguridad en la conducción.
Los amortiguadores se componen de un cilindro con un pistón en su interior, que se mueve al compás de las oscilaciones de la rueda. El pistón contiene un fluido, generalmente aceite o gas, que se comprime y se expande según la presión que recibe. De esta forma, el amortiguador transforma la energía mecánica en calorífica y reduce las vibraciones.
Principio de funcionamiento
Cuando la rueda encuentra un bache, el muelle absorbe la deformación inicial y el pistón comienza a desplazarse dentro del amortiguador. El aceite o gas que ocupa ese espacio debe pasar por pequeños orificios y válvulas, generando resistencia. Esta resistencia transforma la energía del muelle en calor, amortiguando el movimiento.
Ciclo de compresión
Movimientos ascendentes de la rueda provocan que el pistón comprima el fluido.
El aceite atraviesa la válvula de compresión, ofreciendo una fuerza resistiva proporcional a la velocidad de compresión.
El gas (si existe) presurizado previene la formación de burbujas y asegura respuesta inmediata.
Ciclo de extensión (rebote)
El muelle recupera su forma, empujando el pistón en sentido contrario.
El fluido retorna a través de la válvula de rebote, regulando el rebote de la carrocería.
Ambas válvulas trabajan en conjunto para equilibrar confort y control.
Existen diferentes tipos de amortiguadores de coches según su diseño y su funcionamiento. Los más comunes son los amortiguadores hidráulicos, que utilizan aceite como fluido, y los amortiguadores de gas, que emplean nitrógeno u otro gas inerte. Dentro de estos tipos, hay distintas variantes, como los amortiguadores bitubulares, que tienen dos cámaras separadas por una válvula, o los monotubulares, que tienen una sola cámara con una membrana. También hay amortiguadores regulables, que permiten ajustar la dureza y la altura del coche según las condiciones de la carretera.
Los amortiguadores de coches son piezas que sufren un gran desgaste por el uso y el paso del tiempo. Por eso, es importante revisarlos periódicamente y cambiarlos cuando presenten síntomas de deterioro, como fugas de aceite, ruidos extraños, pérdida de estabilidad o balanceo excesivo del coche.
Unos amortiguadores en mal estado pueden afectar al rendimiento del vehículo, al consumo de combustible y a la seguridad de los ocupantes.
Señales de desgaste y recomendaciones
- Rebote excesivo tras pasar por un bache.
- Ruidos de golpeteo o fugas de aceite en el cuerpo del amortiguador.
- Desgaste irregular de neumáticos o balanceo en curvas.
Verificar cada 20.000 km y sustituir entre 60.000 y 100.000 km según condiciones de uso.
Emplear siempre repuestos de calidad y realizar alineación tras el cambio.
Principales fabricantes de amortiguadores
Monroe: Esta marca estadounidense es una de las más reconocidas y respetadas en el sector de la amortiguación. Cuenta con más de 100 años de experiencia y ofrece una amplia gama de amortiguadores y puntales para todo tipo de vehículos. Entre sus productos más populares se encuentran los Monroe Oespectrum, que ofrecen un control y una comodidad excepcionales gracias a su tecnología Twin; los Monroe Gas-Magnum, que son ideales para vehículos pesados y de carga; y los Monroe Max-Air, que son ajustables según la presión del aire.
Sachs : Nace de la unión de Ernst Sachs (inventor de bujes de precisión) y Karl Fichtel en 1895, en Schweinfurt, Alemania, centrada inicialmente en rodamientos y bujes de bicicleta. A partir de la década de 1920, la empresa consolida su giro hacia la movilidad motorizada, incorporando en 1923 la producción de motores de vehículos, embragues y amortiguadores, aprovechando sus conocimientos en componentes de precisión
En 1923, junto con los embragues, SACHS comienza a desarrollar amortiguadores para automóviles, primeros componentes fundamentales de la suspensión que absorben golpes y vibraciones. Sus diseños iniciales combinaban muelles helicoidales con cámaras hidráulicas, sentando las bases de la tecnología que perfeccionaría en las décadas posteriores
En 2001, Fichtel & Sachs pasa a formar parte del Grupo ZF Friedrichshafen, adoptando la marca ZF SACHS y manteniendo su sede de desarrollo en Schweinfurt. En 2011 se fusiona legalmente con ZF Friedrichshafen AG, consolidándose como marca premium de componentes de suspensión y embrague para equipo original y recambios, con más de 10 millones de vehículos saliendo anualmente de fábrica equipados con amortiguadores SACHS
KYB: Esta marca japonesa es la mayor fabricante de amortiguadores del mundo. Suministra sus productos tanto al mercado original como al de recambio, y tiene una presencia global en más de 100 países. Los amortiguadores KYB se distinguen por su fiabilidad, rendimiento y resistencia. Entre sus productos más sobresalientes se encuentran los KYB Excel-G, que son amortiguadores estándar con un alto nivel de calidad; los KYB Gas-a-just, que son amortiguadores monotubo con gas a alta presión; y los KYB Premium, que son amortiguadores con un diseño exclusivo y un acabado cromado.